Mácocael, la roca sagrada de los aborígenes
DOI:
https://doi.org/10.53660/CONJ-117-203Palavras-chave:
Ritos funerarios, Adoratorio, ArqueologíaResumo
Cuando el 24 de octubre de 1968, descubrimos para la ciencia, la Gruta de los Huesos, en lo alto del Peñón del Indio como le llamaban en aquella época al mogote cársico el que; por sus características morfológicas siempre vimos como algo distinto. El descubrimiento en la Peña del Indio en Cedeño Jobo Rosado, de un enterramiento representado por huesos fragmentados y dientes humanos, constituyó en su momento un enigma para la Arqueología. Las excavaciones y posteriores estudios mostraron una nueva forma de rito funerario a lo que José Chirino denominó, “enterramiento residual”. Luego de varias visitas al pie del Peñón, no fue que, hasta la década del 90 del Siglo XX, se pudiera observar desde cierta distancia que el promontorio pétreo tenía semejanza con un rostro antropomorfo natural. A partir de ese momento, se rompió el enigma y nos dimos cuenta de que el proceso ritual funerario respondía a una creencia, una deidad para los aborígenes quienes le convirtieron en “Adoratorio”, constituyendo desde entonces y hasta la actualidad el único sitio con esas características en Cuba y todo el Caribe Insular. Hoy se pone a disposición del Desarrollo Local, sobre todo en la rama del conocimiento.
Downloads
Downloads
Publicado
Como Citar
Edição
Seção
Licença
Copyright (c) 2021 Conjecturas
Este trabalho está licenciado sob uma licença Creative Commons Attribution 4.0 International License.